viernes, 1 de octubre de 2010

EL CAMINO HACIA LA CONSTRUCCIÓN DEL SISTEMA NACIONAL DE PATRIMONIO CULTURAL

VIGÍAS DEL PATRIMONIO Y EL COMPROMISO CON EL PATRIMONIO CULTURAL COLOMBIANO: VILLA DE LEYVA Y EL CAMINO HACIA LA CONSTRUCCIÓN DEL SISTEMA NACIONAL DE PATRIMONIO CULTURAL
Techos coloniales, calles empedradas y un conjunto de casa blancas hacen de Villa de Leyva un espacio urbano acogedor
El explendor de la arquitectura esta acompañada de los inmensos ventanales y portales que dan majestuosidad a la blancura de sus casas
La lluvia caía pertinazmente sobre los techos rojos de las casas pintadas de blanco y con amplios ventanales marrones y grandes puertas que se abren sobre la plaza mayor en este pueblo hecho de historia y construido para la historia. Desde el corredor de la casa de esquina, brindado con una serie de arcos de medio punto muy bien definido, veo como el agua lluvia resbala por los techos y recorre una a una las piedras que le dan vida a las calles de esta ciudad “única en Colombia, única en el mundo”.
 

Con la iniciativa de la dirección de patrimonio del Ministerio de cultura, que a partir de este año 2010 propusiera la celebración de estos encuentros en el marco del mes del patrimonio cultural, fuimos más de trescientos los invitados a este primer encuentro nacional de patrimonio cultural y séptimo encuentro nacional de vigías del patrimonio que nos reunimos en Villa de Leyva con el fin de iniciar el camino hacia la construcción del sistema nacional de Patrimonio Cultural.
Estuvimos en esta tierra sagrada y cuna de la independencia de nuestra patria, entre otros, Alcaldes, Secretarios de cultura y planeación, funcionarios del Ministerio de la Cultura, Invitados internacionales, Vigías del patrimonio, Académicos, investigadores, docentes, gestores culturales, arquitectos, artistas, artesanos, representantes de los pueblos indígenas y afro descendientes y ciudadanos y ciudadanas, todos deslumbrados con la grata sensación de dejarnos trasportar en el tiempo y sentir el pasado colonial en sus calles empedradas encargadas de enmarcar las casonas blancas del pueblo que en 1954 el general Gustavo rojas Pinilla reconociera como Monumento Nacional.
La cucharita que al maestro Jorge Velosa se le había perdido me llevo a escudriñar los rincones de la historia y la cultura del pueblo boyacense, y como lo enunciara en la plaza mayor el señor gobernador, José Rozo Millán, “quien pisa estas tierras percibe la grata sensación de ser boyacense y dos veces colombianos”. Gracias por prestarnos este espacio hermosamente bello y enmarcado en una geografía llena de anécdotas arqueológicas, paleontológicas y un ecosistema que nos permitió reencontrarnos con nuestro compromiso con el patrimonio cultural de Colombia y posibilitar el dialogo y la reflexión para una reingeniería de lo que hasta ahora juntos o dispersos hemos venido haciendo por resaltar la identidad cultural de nuestros pueblos.
El sonar de las bandas de músicos desde la plazoleta el Carmen inundo nuestro sentimientos por el sentir y la responsabilidad que nos reunió durante tres días para reconocer las experiencias, discusiones desde cada una de nuestras mesas de trabajo y las políticas públicas en materia del patrimonio cultural. Bien decía Germán Sánchez Pereira, quien fue nuestro anfitrión y además Alcalde de Villa de Leyva “los temas son de especial interés, pues tiene que ver con algunas de las mas agobiantes preocupaciones que nos embargan, y sin duda nos darán oportunidad de adquirir conocimiento y generar acciones efectivas para que el variado y valioso patrimonio cultural que nos correspondió en suerte, este adecuadamente protegido y manejado”. Tarea que corresponde a todos los gobernantes locales de nuestro país.
Con el objetivo de seguir trabajando por el reconocimiento, la protección y salvaguardia del patrimonio cultural de nuestras regiones y pueblos impulsaremos la puja que nuestro amigo y director del Patrimonio en el Ministerio de Cultura, Juan Luis Isaza, propusiera para la realización del próximo Encuentro Nacional y donde seguramente llegaremos cargado de múltiples experiencias soñadas y propiciadas de este primer convite lúdico, académico y artístico que aun  nos tiene traspirando el aire melancólico de sus rincones románticos, sus portales y balcones, el colorido de su flora, en especial del buganviles que cae sobre sus muros recostado de conspiraciones y secretos libertarios.
Entonces la lluvia vuelve y llega cargada de poesía del patrimonio oral y todos nos envilecemos al escuchar la declamación costumbrista del Indio Rómulo en el atrio de la plaza mayor, el baile y las danzas que nos memoran las costumbres muiscas y los danzones aporta por la cultura española en la época colonial.
fotos y textos: Alfredo Otero Ortega